martes, 23 de septiembre de 2008

Malos hábitos en la alimentación infantil argentina


En la Argentina los pediatras enumeran otros malos hábitos: "Muchas familias no comparten ninguna comida, por lo que esos chicos comen lo que encuentran. Hay quienes dejan que sus hijos de 3 años decidan qué quieren comer y que hay otros que les prohíben ciertos alimentos sin saber que lo prohibido es lo más deseado", dice Miriam Tonietti, pediatra y nutricionista del Hospital Gutiérrez. Y agrega: "Otro mal hábito es el protagonismo que se le da al televisor: el chico no presta atención a lo que come, se excede y eso incide en la obesidad". Mario Elmo, miembro de la Sociedad Argentina de Pediatría, suma: "La preocupación excesiva de algunas madres por los alimentos dietéticos lleva a que sus hijos asocien a la comida con un problema. Los padres deben revisar sus hábitos para incluir alimentos saludables para un chico en crecimiento a los que consumen en función de una dieta". Y hay más: "Un régimen de premios y castigos genera una distorsión: una golosina parece buena porque fue u n premio y la verdura mala porque fue castigo". Lo central es revisar el modelo de crianza: "Si los padres toman gaseosa en vez de agua, si no tienen incorporado el hábito de comer verduras, ¿cómo van a transmitírselo a sus hijos?", pregunta Liliana Trifone, jefa de nutrición y diabetes del Gutiérrez. "Hay que revisar el acto social de comer: que no sea sólo saciar el apetito sino aprender a servirse, a sentir el placer de comer algo rico. Los buenos hábitos permiten proyectar modelos en la familia". Gisele Sousa Dias. Pregunta ingénua: ¿A que grupo social de niños se refieren estos comentarios? Más de la mitad de los niños del país no tienen estos problemas, tienen otro más acuciante y doloroso, LA FALTA DE COMIDA

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